* Impulsan un proyecto para hacer del transporte público un servicio inteligente
* Los clientes podrán pagar con el móvil, saber lo que costará la carrera o escuchar en varios idiomas datos de los monumentos
Innovar o morir. Ante esta disyuntiva, el sector del taxi lo tiene claro. Un colectivo de taxistas valencianos está dando forma a un proyecto pionero para subir las nuevas tecnologías al taxi.
La iniciativa se ha bautizado como ‘smart cab'(taxi inteligente) y permitirá servicios tan innovadores como calcular el precio que costará la carrera que se haya realizado; escuchar en ruta y en varios idiomas la historia de los monumentos valencianos o reservar restaurante en el recorrido.
El ideólogo de esta propuesta, Javier Orero, taxista de profesión, tiene claro que el taxi representa también la imagen de la ciudad de Valencia «y queremos que la sociedad se sienta orgullosa de tener un servicio de vanguardia. Cuando impulsemos este programa, seremos pioneros en España y tal vez a nivel internacional».
Esperan que el proyecto se ponga en marcha en marzo y aseguran que ahora hay 150 taxistas interesados en subirse a la nueva era tecnológica y esperan llegar al menos a los 400. Para hacer posible este reto los impulsores cuentan con financiación de inversores de CV Ban, ‘business angels’ que apoyan ideas emprendedoras y tienen respaldos como del Instituto Valenciano de Biomecánica, Aenor y entes como Estrategia y Dirección e Inventa Digital. El objetivo es lograr «un transporte público eficaz, sostenible y de calidad», según Javier Orero.
En los taxis instalarán conexión wifi y tabletas. «Esto permitirá que el cliente pueda pagar a través del móvil con sistema NFC o por contact less», indica Orero.
De cara al taxista, las nuevas tecnologías serán ventajosas porque «a través del GPS se conocerá el tráfico en tiempo real. Llevaremos un traductor de idiomas y tendremos predicción de la demanda. Además, a base de estadísticas y de cruzar datos, como por ejemplo las horas de eventos deportivos o de finalización de un espectáculo de ópera o teatro, sabremos dónde hay demanda. Y, en un futuro, el taxista sabrá hasta el grado de ocupación de una parada, para decidir si va o no y así ahorrar combustible».
Ocio y cultura
De cara al cliente será importante porque a través de una tableta podrá tener información de ocio y cultura; escuchar datos de los monumentos que irá viendo en el recorrido o ver en tiempo real la ruta que el taxista va a seguir, así sabrá que el conductor no le trata de engañar dando vueltas por calles». También podrá saber nada más iniciar la ruta la cantidad de dinero aproximada que costará la carrera, teniendo en cuenta variaciones en función de las retenciones y semáforos.
Las nuevas tecnologías permitirán reservar una habitación de hotel o una mesa de restaurante durante el trayecto; bajarse descuentos de tiendas o servicios a los que vaya a ir o incluso ver vídeos de monólogos y votar los preferidos.
Otro reto es crear un estándar de calidad. «Estamos trabajando con Aenor para crear una norma de calidad. Se trata de desarrollar un anexo del taxi dentro del transporte público de calidad», según Orero. El taxi que quiera obtener el certificado, deberá cumplir unos requisitos de limpieza del coche o corrección en el trato del conductor. Aunque no completan uniformidad, en servicios como rutas para cruceristas, estudian exigir un atuendo.
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