Las bicicletas ignoran la ley

LAS PROVINCIAS localiza infracciones constantes en sólo hora y veinte minutos
Bicis que recorren calles peatonales sin distancia mínima con los peatones o que circulan por aceras copan una docena de puntos en el centro

Son las 11.55 de la mañana. Decenas de turistas fotografían el Ayuntamiento de Valencia o entran a las dependencias municipales. En ese momento, dos personas pasan bajo el balcón subidas a sus bicicletas. Un agente de la Policía Local que custodia el acceso al edificio les dice que se bajen de sus vehículos y sigan el recorrido a pie hasta que puedan bajar a la calzada y circular en el mismo sentido de la circulación. Los ciclistas así lo hacen. En el recorrido de hora y veinte minutos que realizó ayer LAS PROVINCIAS por Ciutat Vella y que permitió detectar decenas de infracciones en 80 minutos, este fue el único caso en el que intervinieron los agentes de la Policía Local.

Son innumerables los ciclistas que circulan cumpliendo la ley y siguiendo las ordenanzas municipales. Pero también es verdad que no pocos de ellos se la saltan, no se sabe si por desconocimiento de la norma. Un somero paseo por las muy turísticas calles de Ciutat Vella evidencia que en una docena de puntos los ciclistas cometen infracciones, siendo las más repetidas circular por calles peatonales sin dejar la distancia mínima entre ellos y los peatones o cruzar pasos de cebra montados en la bicicleta.

Ya en la calle San Vicente, un grupo de turistas circula por la acera. Son las 12.04 horas y el paseo acaba de empezar. La situación se normaliza en la plaza de la Reina, repleta de turistas, manteros y terrazas, pero de nuevo en la calle del Micalet es fácil encontrarse ciclistas que zizaguean entre los peatones. Cabe destacar que, aunque los usuarios de bicicleta pueden discurrir por calles peatonales, solo pueden hacerlo «siempre que exista un ancho de paso libre superior a tres metros, manteniéndose una distancia mínima de un metro con el peatón», según reza la ordenanza municipal que regula la circulación en la ciudad. Más de lo mismo ocurre en la calle Navellos, donde la situación se complica aún más debido a la presencia de terrazas.

Pero el punto más conflictivo del norte de Ciutat Vella es, sin duda, la confluencia de Conde Trénor con Muro de Santa Ana y el Pont de Fusta. En este cruce se suceden, en apenas seis minutos, desde ciclistas que circulan en dirección contraria para, desde Muro de Santa Anna, enfilar el carril bici del puente hasta otros conductores que cruzan el paso de peatones subidos en su vehículo. Cerca de ellos hay un paso de peatones con marca ciclista y otros muchos lo cruzan por ese punto. Además, también hay ciclistas que se saltan el semáforo en rojo o que circulan por la acera en la margen derecha del río, junto a las Alameditas de Serranos.

El paseo enfila entonces hacia el noroeste y en la calle Blanquerías y en la plaza de los Fueros se detectan otras irregularidad. Buena parte de estas infracciones las cometen turistas. El Ayuntamiento es consciente de esta circunstancia y este mismo año ha editado folletos informativos en varios idiomas para que los visitantes de la ciudad sepan que no se puede circular por la acera, como quienes ayer lo hacían junto a las Torres de Serranos a las 12.30 horas.

El barrio del Carmen es la siguiente etapa de esta ruta que un equipo de LAS PROVINCIAS realiza en apenas hora y veinte minutos. En la calle Alta una ciclista remonta en dirección contraria por la acera, para salvar los pocos coches que entran a este barrio por Portal Nou. Son las 12.42 horas. Se da la circunstancia de que esta infracción ocurre a pocos metros del retén de la Policía Local en la plaza de Tavernes de la Valldigna.

El entorno del Mercado Central también es escenario de varias irregularidades protagonizadas por ciclistas, como el que a las 13.03 circula por la angosta calle del Trench entre grupos de turistas o el que en la esquina de la avenida María Cristina con la calle Liñán cruza el paso de peatones sin bajarse de la bici en la que es una de las infracciones más habituales.

Finalmente, el paseo enfila el corazón del barrio del Mercat y en la plaza de la Merced varios ciclistas circulan por la plaza peatonal sin dejar distancia entre ellos y los peatones cuando les adelantan. En la calle Músico Peydró la situación se repite, agravada, como en Navellos, por la presencia de elementos externos a peatones y ciclistas: las muestras de cestería y ebanistería habituales en la que se conoce como la «calle de las cestas». El recorrido termina donde empezó, en la plaza del Ayuntamiento.

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